La isla Isabela, hogar de 5 de las 12 especies de tortugas gigantes que aún habitan en el archipiélago de Galápagos, enfrenta un desafío crítico debido a la amenaza de las especies invasoras. Estas especies representan un altísimo riesgo, especialmente para los neonatos y como tal la continuidad de estas majestuosas criaturas. En estrecha colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), hemos desplegado una serie de medidas estratégicas y decisivas para garantizar la conservación a largo plazo de las tortugas gigantes en el sur de la isla. Nuestro enfoque integral busca mitigar los impactos de las especies invasoras y promover la recuperación efectiva de estas especies icónicas.
El censo realizado el año pasado en las 11 poblaciones del sur de Isabela reveló una realidad alarmante: la ausencia de nuevos individuos en las diferentes poblaciones de tortugas gigantes, atribuida a la presencia de especies invasoras como ganado vacuno, cerdos ferales y hormigas de fuego. El ganado compite por los mismos recursos, mientras que los cerdos salvajes depredan directamente sobre los huevos y neonatos de tortuga. Las hormigas de fuego atacan a los neonatos y, en algunos casos, a las hembras adultas en sus sitios de anidación.
En respuesta a esta situación, hemos intensificado nuestra colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos para reforzar estrategias esenciales de conservación, como el control de especies invasoras y la reubicación de huevos en el Centro de Crianza “Arnaldo Tupiza” en Isabela. Este esfuerzo de traslado de huevos, que no se había llevado a cabo en más de 12 años, debido a la dificultad de acceso a las zonas de anidación, es esencial para proteger y restaurar las poblaciones de tortugas gigantes.
La reubicación de huevos es esencial para proteger esta especie, ya que casi todos los huevos en estado silvestre son destruidos por depredadores, mientras que cerca del 100 % de los que están en el Centro de Crianza sobreviven y luego se reintroducen para fortalecer las poblaciones silvestres. Por ello, recolectar huevos de nidos en la naturaleza para incubarlos en cautiverio es una prioridad clave.
Estos huevos provienen de nidos de distintas hembras, lo cual es fundamental para asegurar la diversidad genética, que permite a las tortugas gigantes adaptarse a entornos cambiantes. En los próximos meses, regresaremos con los guardaparques a los sitios de anidación para continuar con estos esfuerzos de protección. Estas acciones no solo protegen a las tortugas gigantes, sino que también fortalecen la salud de su hábitat.
La colaboración entre Galápagos Conservancy y la Dirección del Parque Nacional Galápagos es un ejemplo de cómo una alianza estratégica puede lograr avances significativos para las especies en peligro crítico. Nuestro compromiso, junto con el apoyo de nuestros generosos colaboradores, refuerza la protección de la biodiversidad única de Galápagos. Con su respaldo continuo, podremos reforzar estos esfuerzos vitales y contribuir a asegurar un futuro para una de las especies más icónicas del mundo: las tortugas gigantes de Sierra Negra. Gracias por ser parte de esta importante misión.