Galápagos Conservancy

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano
Janaí Yépez, miembro del equipo de conservación de Galápagos Conservancy, registra el avistamiento de albatros al llegar a Española. Cada dato cuenta para entender cómo responde la biodiversidad al proceso de restauración de la isla. © Galápagos Conservancy

En los primeros días de mayo, mientras los albatros comienzan a regresar a Española para anidar, algo más que alas se posa sobre la isla: llegan también las manos que la cuidan. Un equipo de jóvenes científicos de Galápagos Conservancy y guardaparques de la Dirección del Parque Nacional Galápagos se embarca en una misión silenciosa, pero poderosa: proteger la vida en una de las islas más frágiles del planeta. Aquí cada paso cuenta, limpian rutas de aterrizaje para los albatros, monitorean tortugas gigantes y estudian la salud del hábitat. Pero lo que realmente hacen —gracias a la ciencia y al compromiso humano— es algo aún más profundo: sostener la posibilidad de un futuro. 

Cuando Janaí Yépez pisó Española por primera vez en 2023, traía una libreta en mano… y una emoción difícil de contener en el pecho. Este joven, parte del equipo de conservación de Galápagos Conservancy, sabía que no era una visita cualquiera: era su primera oportunidad de aplicar lo aprendido en terreno, en una de las islas más emblemáticas del archipiélago. “Ese viaje a uno de los lugares más maravillosos del mundo fue muy importante para mí. Estaba lleno de emoción por poder aportar al cuidado de las especies que habitan esa isla”, recuerda. 

Hoy, dos años después, Janaí no está solo. Junto a veinte compañeros —guardaparques y jóvenes científicos— recorre Española en una nueva expedición de diez días. Pero esta no es solo una misión científica: es profundamente humana. Es el inicio de un nuevo capítulo en la restauración de un ecosistema que, aún hoy, necesita ciencia, compromiso y acción decidida para seguir renaciendo. 

Un Ecosistema que Estuvo a Punto de Apagarse

En los años 70, Española enfrentó una crisis: solo quedaban 14 tortugas gigantes. Sin estos grandes herbívoros que regulan la vegetación, la dinámica ecológica comenzó a alterarse. La vegetación leñosa se expandió sin control, invadió zonas abiertas y dificultó el arribo de los albatros. Española empezaba a perder su capacidad de sostener la vida. 

Fue en ese momento de urgencia ecológica cuando un grupo de científicos, técnicos y autoridades decidió actuar. Lanzaron un programa pionero de reproducción en cautiverio en Santa Cruz con las 14 últimas tortugas gigantes conocidas de Española. 

Poco después, se sumó Diego, un macho identificado en el Zoológico de San Diego, cuya llegada fortaleció el grupo reproductor. 

Su impacto fue notable: más de 800 descendientes que hoy caminan libres por la isla y una nueva esperanza para su especie.

En 2020, esas 15 tortugas regresaron a casa. Hoy, con más de 2.300 individuos cumpliendo su función ecológica, esta restauración es celebrada como uno de los logros de conservación más importantes del planeta. 

Galápagos Conservancy ha acompañado ese proceso desde el inicio, no solo con recursos, sino con algo aún más valioso: personas comprometidas que han dedicado su vida a proteger este ecosistema único. 

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano
Albatros de Galápagos (Phoebastria irrorata) en su nido en Española, junto a un huevo visible en primer plano. La restauración del hábitat ha permitido que esta emblemática especie cuente con zonas despejadas para anidar. © Galápagos Conservancy

La Misión Continúa, Paso a Paso, Sobre el Terreno

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano
Parte del equipo de expedición, conformado por guardaparques y técnicos de Galápagos Conservancy, se organiza en grupos de trabajo tras su arribo a Española para dar inicio a las actividades de campo. © Galápagos Conservancy

Hoy, ese legado se renueva con cada paso del equipo de conservación en la isla Española. Durante diez días, veintiún personas —entre jóvenes científicos, técnicos de Galápagos Conservancy y guardaparques— recorren la isla con una misión clara: seguir restaurando uno de los ecosistemas más frágiles del planeta. 

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano
Walter Chimborazo, miembro del equipo de conservación de Galápagos Conservancy, participa en la limpieza manual de vegetación para habilitar las pistas naturales de aterrizaje y despegue del albatros en Española. © Galápagos Conservancy

“Cuando estás en el terreno y ves cómo se comporta la vegetación, cómo interactúan las especies, cómo responde el ecosistema… entiendes que estos viajes no son simbólicos”, explica el Dr. Jorge Carrión, director de Conservación de Galápagos Conservancy. “Son esenciales. Nos permiten observar la biodiversidad en tiempo real, comprender lo que está ocurriendo y proponer medidas de manejo con base científica”. 

En esta época del año, su labor es especialmente crítica. Junio marca la temporada de mayor concentración de albatros, y la isla debe estar lista para recibirlos. Una de las tareas prioritarias es la limpieza manual de las pistas naturales que estas aves utilizan para aterrizar y despegar, evitando que queden atrapadas entre ramas de algarrobos o muyuyos. Sin este trabajo, no hay vuelo posible. 

Esta acción, clave para el éxito reproductivo del albatros, cuenta con el respaldo de la National Fish and Wildlife Foundation (NFWF), aliada estratégica en la restauración de su hábitat de anidación. Gracias a esta colaboración, se fortalecen las condiciones necesarias para que estas aves emblemáticas puedan regresar y reproducirse con éxito. 

El equipo también recoge información vital sobre la dinámica ecológica de la isla: cómo varía la cobertura vegetal, cómo se distribuyen las especies y qué condiciones presenta el hábitat. En paralelo, registran a las tortugas gigantes repatriadas en años anteriores, observando su adaptación, su movilidad y las huellas que van dejando sobre el ecosistema. 

“No hemos regresado por una sola especie. Estamos aquí por Española y toda su biodiversidad”, afirma Janaí con convicción. “Cada expedición es una forma de cuidar esa dinámica única: con las manos, con los ojos y con el corazón”. 

Otro miembro del equipo, Walter Chimborazo, técnico comprometido y profundamente encariñado con la isla Española, lo resume con sencillez: “Para muchos, esto puede parecer solo otra expedición. Pero para nosotros, cada día en la isla es parte de algo mucho más grande. Cada dato que levantamos, cada espacio que limpiamos, lo hacemos pensando en todo lo que está en juego. Aquí, la ciencia y el compromiso humano realmente conservan la vida.”

Hombro a Hombro por la Vida

Para llegar a Española, el equipo navegó durante horas, desembarcó por mar y caminó cargando mochilas, herramientas y compromiso.

“No es fácil, pero sabemos por qué lo hacemos”, comenta Walter Chimborazo. “Cada vez que despejamos una pista para que aterrice un albatros, sabemos que estamos ayudando a que la vida continúe”. 

Las acciones de campo son exigentes. Bajo el sol y entre el terreno volcánico, el equipo trabaja codo a codo. Son jóvenes profesionales con formación científica y una profunda conexión con estas islas. Son los protagonistas actuales de una restauración que comenzó décadas atrás, y que hoy tiene nuevos rostros, nuevas manos, y una mayor determinación. 

Si dejáramos de actuar, la alternativa sería el silencio. Sin monitoreo constante, sin acciones de conservación, sin presencia humana comprometida, Española podría volver a perder la dinámica ecológica que la sostiene. Y con ella, su capacidad de albergar la vida que hoy la define.

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano
El guardaparque Gibson Valle elimina manualmente la vegetación densa que dificulta el acceso de los albatros a sus zonas de anidación en Española. © Galápagos Conservancy

Lo que Está en Juego

Española vuelve a florecer. Los albatros regresan. Las tortugas caminan libres. Pero más allá de los indicadores ecológicos, lo que está cambiando es el rostro mismo de la conservación. 

“Volver a Española después de dos años me hizo entender que no se trata solo de lo que hacemos aquí, sino de cómo lo hacemos”, dice Janaí. “Lo que está en juego no es solo una isla. Es nuestra relación con la naturaleza. Y cada vez que regreso, me convenzo más de que cuidarla es parte de cuidar quienes somos”. 

Walter lo expresa con la misma convicción: “Cada espacio que limpiamos, cada dato que recogemos, lo hacemos pensando en todo lo que está en juego”. 

Española, una Isla que Renace Gracias a la Ciencia y al Compromiso Humano
Avistamiento de una tortuga gigante de Española (Chelonoidis hoodensis) durante las actividades de monitoreo. Esta especie, clave en la restauración ecológica de la isla, es registrada para evaluar su distribución y rol como ingeniera del ecosistema. © Galápagos Conservancy

Como ellos, los demás miembros del equipo —jóvenes científicos de Galápagos Conservancy y guardaparques— comparten una certeza: conservar Española no es solo un trabajo, es una vocación. Es un acto de compromiso con las generaciones futuras, con la vida que habita estas islas y con la historia que aún se está escribiendo. 

Española ya no es solo una isla en recuperación. Es un testimonio vivo de lo que la ciencia, la constancia y el compromiso humano pueden lograr cuando se unen por una causa común. 

Aquí, la vida sigue renaciendo. Y lo hace gracias a quienes creen —y actúan— por un futuro más vivo. 

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