En todo el archipiélago, los esfuerzos de conservación están devolviendo vida a las zonas de anidación de las aves marinas. Los proyectos liderados por Galápagos Conservancy y la Dirección del Parque Nacional Galápagos están protegiendo hábitats esenciales para especies emblemáticas como el albatros de onda y el petrel de Galápagos.
A lo largo de las islas, la restauración del hábitat está mostrando resultados concretos. Zonas que antes estaban degradadas vuelven hoy a sostener colonias saludables de aves marinas.
Los esfuerzos conjuntos entre la Dirección del Parque Nacional Galápagos y Galápagos Conservancy están recuperando sectores costeros y áreas de anidación en las partes altas del archipiélago.
Cada intervención —desde el control de especies invasoras hasta el refuerzo de los sitios de anidación— ayuda a que nuevas generaciones de aves crezcan en entornos más seguros y resilientes.
En Española, los albatros de onda están regresando a sus sitios tradicionales de anidación. En las partes altas de San Cristóbal, Santiago, Isabela, Santa Cruz y Floreana, los petreles están reclamando sus madrigueras.
A lo largo de los años, las aves marinas de Galápagos han enfrentado grandes desafíos. La presencia de especies invasoras ha alterado sus ciclos naturales de anidación, mientras que cambios asociados al clima —incluidos períodos de calentamiento y eventos como El Niño— incrementan la presión sobre sus hábitats.
Por eso, los esfuerzos de conservación se enfocan en reducir los factores que sí pueden manejarse, como la restauración del hábitat y el control de especies invasoras. De esta manera, se fortalece la resiliencia de los ecosistemas frente a cambios mayores que escapan del control humano.
Hoy, gracias a la ciencia aplicada, al trabajo de campo continuo y a un compromiso permanente con la biodiversidad, la recuperación empieza a hacerse visible.
Junto con la Dirección del Parque Nacional Galápagos, Galápagos Conservancy ha despejado vegetación invasora en 61 zonas de despegue y aterrizaje utilizadas por los albatros de onda en Española.
Además, se han restaurado más de 180 hectáreas de áreas de anidación para los petreles de Galápagos en Santa Cruz, Santiago e Isabela.
Los equipos de campo monitorean colonias activas, evalúan la salud del hábitat e identifican posibles amenazas antes de que afecten los ciclos reproductivos.
Cada año, miles de visitantes llegan a Galápagos para descubrir su extraordinaria biodiversidad. En 2024, el archipiélago recibió 279.277 visitantes: 55 % provenientes del exterior y 45 % de Ecuador, según la Dirección del Parque Nacional Galápagos.
Aunque esta cifra representa un ligero descenso respecto de 2023, marca una recuperación sostenida en comparación con 2022, lo que permite mantener el turismo dentro de límites ecológicos que protegen al archipiélago.
Las aves marinas son símbolos de la riqueza natural de estas islas y una de las razones por las que viajeros de todo el mundo sueñan con visitar Galápagos.
Conservar sus hábitats no solo protege a estas especies, sino que también asegura el futuro de un turismo sostenible que beneficia a la naturaleza y a las comunidades locales.
Compartir: