Gracias al apoyo de Galápagos Conservancy, la educadora Ashleigh Klingman creó Pepe, el petrel de Galápagos, un cuento infantil de 20 páginas que ya ha llegado a más de 300 familias del archipiélago. Invita a niños y familias a descubrir la magia de la lectura mientras aprenden a cuidar la biodiversidad de estas islas únicas.
En las tierras altas húmedas de varias islas de Galápagos, entre laderas volcánicas cubiertas de neblina, anida el petrel de Galápagos, un ave marina en peligro que excava madrigueras o busca grietas rocosas para resguardar a sus polluelos. Sus poblaciones han disminuido durante el último siglo por la presencia de depredadores invasores y la pérdida de hábitat.
Ahora esta ave frágil ha encontrado un aliado inesperado: un cuento infantil. En esta historia, el petrel recibe un nombre y una voz.
Pepe, el petrel de Galápagos transforma la realidad de la especie en una narración cercana que permite a los niños descubrirlo como un amigo y no como un extraño.
Durante el lanzamiento en San Cristóbal, familias y niños se reunieron para escuchar sobre Pepe y sus aventuras descritas en estas páginas. Uno de los participantes expresó su emoción:
La creación de Pepe, el petrel de Galápagos fue posible gracias a las subvenciones para acciones de conservación que otorga Galápagos Conservancy, impulsando a mujeres líderes locales en proyectos que combinan educación, sostenibilidad y conservación. Ese respaldo convirtió una idea en una herramienta viva que ya inspira a cientos de familias en las islas.
De esta manera, Galápagos Conservancy demuestra que la conservación no solo protege ecosistemas, sino que también educa a las comunidades que conviven con ellos.
Pepe no es solo un personaje de ficción. Su nombre nació inspirado en un miembro del equipo que trabaja junto a Ashleigh en una finca donde anidan petreles. Su cariño y dedicación al cuidado de estas aves encendieron la chispa que dio vida al protagonista del cuento.
El momento más conmovedor del lanzamiento llegó con la voz de un niño que, tras escuchar la historia, levantó la mano y dijo:
Esa frase sencilla confirmó que la historia había cumplido su propósito: despertar en los más pequeños el deseo de proteger la biodiversidad.
Pepe, el petrel de Galápagos es el segundo cuento que Ashleigh Klingman ha desarrollado con el apoyo de Galápagos Conservancy, como parte de un proyecto que promueve la lectura como puente hacia la conservación desde la niñez.
La publicación de estos cuentos se acompaña de talleres con familias y educadores, donde la lectura se convierte en un espacio para reflexionar sobre la importancia de cuidar la naturaleza. Así, los niños no solo disfrutan la historia, sino que empiezan a sentirse parte de ella: dibujan a los personajes, comparten lo aprendido en casa y expresan orgullo por la fauna que los rodea.
Este esfuerzo confirma que la conservación no ocurre únicamente en laboratorios o expediciones científicas, sino también en los hogares. Si los niños crecen sin conocer y amar a especies como el petrel, el futuro de estas aves será incierto. Pero cada vez que un niño abre el cuento de Pepe, se fortalece la idea de que proteger Galápagos empieza con pequeños gestos que, unidos, generan un impacto duradero.
Este cuento nos recuerda que la conservación comienza con historias capaces de sembrar amor por la naturaleza en los corazones más jóvenes. También enseña que este esfuerzo requiere de aliados.
Cada familia que abre este libro y cada niño que se emociona con Pepe reafirman que proteger Galápagos es un compromiso compartido. Al apoyar a Galápagos Conservancy, contribuyes a que más niños crezcan como los guardianes del mañana, listos para proteger uno de los lugares más extraordinarios del planeta.
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