Ecological Restoration of Santa Fé Island

// Versión en español abajo //

Team that undertook 7-day expedition to Santa Fé. © Xavier Castro/Galápagos Conservancy

In May, a team of 12, formed by scientists from Galápagos Conservancy and park rangers from the Galápagos National Park, undertook a 7-day expedition to Santa Fé Island in order to carry out biodiversity monitoring activities as part of the Iniciativa Galápagos program.

The trip was made by sea and land; they sailed 20 miles from Santa Cruz Island to their destination, then they transported the necessary equipment, water, and food, 2 miles uphill through rocky and arid terrain, to the site where they installed the expedition camp. This effort seeks to contribute to the ecological restoration of Santa Fé Island and is part of the activities of one of the Galápagos Initiative projects.

The project originated in 2011 when the Galápagos National Park Directorate (GNPD), with the support of the Galápagos Conservancy, assessed the island’s ecological status. One of the main conclusions was that there were very few juvenile Opuntia cacti in Santa Fé due to the absence of the main herbivorous species, the Giant Tortoise. However, a good number of iguanas and many adults and sub-adult cacti were observed. Consequently, starting in 2015, the GNPD decided to repopulate the island with tortoises using the giant tortoise from the island of Española, Chelonoidis hoodensis, as an analogous species since Santa Fé’s own species went extinct approximately 150 years ago.

The General Director of Galápagos Conservancy, Washington Tapia, pointed out that the tortoises of the Española Island are similar to the extinct ones of Santa Fé, both from the genetic point of view and from the morphological point of view, which added to the fact that there were already running a very successful breeding and captive breeding program, making it the ideal candidate to repopulate the island. “The results from 2015 until now show us that the presence of the tortoises is having a very positive effect on the dynamics of the ecosystem,” said Tapia.

The expedition was divided into four working groups; the first carried out a census of tortoises using the mark-recapture method to evaluate how the 742 repatriated tortoises have dispersed from the release sites and to know which are the areas of biggest density within the island. The result shows that most of the tortoises move in an area of 5.5 square kilometers of the island and are gradually taking advantage of new places in Santa Fé.

The second group recorded information in the 20 plots delimited in 2014, 10 with fencing and 10 controls without fencing, to measure the effect of tortoises and iguanas on cacti and other species of flora in general. In this way, the experts will be able to record changes in the vegetation attributable to the presence of tortoises and land iguanas, and their ecological role will be precisely determined. Both species of reptiles are ecosystem engineers, consuming cacti, woody and herbaceous vegetation, and shaping the landscape.

The third group evaluated Opuntia cacti, recording their growth, survival and recruitment of new individuals to understand the population dynamics of this species. In 1979 the GNPD managed to eradicate the feral goats in Santa Fé, an invasive species that was present for decades and caused severe damage to the ecosystem; this added to the absence of tortoises on the island resulting in unwanted changes, such as the absence of juvenile cacti.

“The return of the turtles to Santa Fé has given hope to the Opuntia cactus. One of the main positive effects of the presence of the turtles on the island is the dispersion of cactus seeds; since the turtles have been here, we have found a large number of juvenile cacti in different parts of the island, associated precisely with the places where there are the turtles,” said the Director of Conservation of the Galápagos Conservancy, Jorge Carrión.

Finally, Dr. Dan Sherman, Galápagos Conservancy Board of Directors Chairman, trained a fourth team of park rangers and scientists in taking and using super-high-resolution panoramic photos as a long-term ecological monitoring tool. Photographs of the vegetation zones of Santa Fé are available from several years ago; with current pictures, it will be possible to make a comparison and follow-up to evaluate the changes that have occurred over time.                              

“We are proud to work hand in hand with the Galápagos National Park Directorate, an institution that has shown commitment and decision in the responsible management of the ecosystems of the archipelago, we reiterate our desire and commitment to continue collaborating and being part of this important challenge of conserve the wonderful Galápagos Islands”, assured Sherman.

General Director Wacho Tapia observing giant tortoise. © Xavier Castro/Galápagos Conservancy

Restauración ecológica de la isla Santa Fé

Un equipo de 12 personas conformado por científicos de Galápagos Conservancy y guardaparques del Parque Nacional Galápagos, emprendieron una expedición de 7 días de trabajo en la isla Santa Fé con la finalidad de realizar actividades de monitoreo de la biodiversidad en la isla, esto como parte del programa Iniciativa Galápagos.

El viaje lo realizaron por mar y tierra, navegaron 20 millas desde la isla Santa Cruz hacia su destino, luego transportaron los equipos necesarios, además de agua y alimento, 2 millas cuesta arriba por un terreno rocoso y árido, hasta el sitio donde instalaron el campamento de la expedición. Este esfuerzo busca contribuir a la restauración ecológica de la isla Santa Fé y es parte de las actividades de uno de los proyectos de la Iniciativa Galápagos.

El proyecto tuvo su origen en el 2011 cuando la Dirección Parque Nacional Galápagos (DPNG) con el apoyo de Galápagos Conservancy hizo una evaluación del estado ecológico de la isla. Una de las principales conclusiones fue que había muy pocos cactus Opuntia juveniles en Santa Fé debido a la ausencia de la principal especie herbívora, la tortuga gigante, no obstante, sí se observó una buena cantidad de iguanas y muchos cactus adultos y sub-adultos. En consecuencia, a partir del 2015 la DPNG decidió repoblar la isla con tortugas usando como especie análoga la tortuga gigante de la isla Española Chelonoidis hoodensis, pues la especie propia de Santa Fé se extinguió hace aproximadamente 150 años y no hay forma de recuperarla.

Equipo durante evaluación del estado ecológico de la isla. © Xavier Castro/Galápagos Conservancy

El Director General de Galápagos Conservancy, Washington Tapia, señaló que las tortugas de la isla Española son similares a las extintas de Santa Fé, tanto desde el punto de vista genético como desde el punto de vista morfológico, lo que sumado a que ya había en marcha un muy exitoso programa de reproducción y crianza en cautiverio, la convirtió en la candidata ideal para repoblar la isla. “Los resultados desde el 2015 hasta ahora nos muestran que la presencia de las tortugas está teniendo un efecto muy positivo sobre la dinámica del ecosistema”, aseguró Tapia.

La expedición se dividió en 4 grupos de trabajo, el primero realizó un censo de tortugas usando el método de marcación-recaptura, para evaluar cómo las 742 tortugas repatreadas se han dispersado desde los lugares de liberación y conocer cuáles son las áreas de mayor densidad dentro de la isla. El resultado evidencia que la mayoría de los quelonios se movilizan en un área de 5.5 kilómetros cuadrados de la isla y que paulatinamente aprovechan nuevos lugares en Santa Fé.

El segundo grupo evaluó los cambios en las parcelas de vegetación, con y sin cercado, para medir el efecto de las tortugas e iguanas sobre los cactus y otras especies de flora en general. Se observan los cambios en 20 cuadrantes de 36 metros cuadrados cada uno, establecidos en Santa Fé en el 2014, de los cuales 10 están cercados y 10 sin cerca. De este modo los expertos registran los cambios en la vegetación en áreas con y sin tortugas e iguanas, pues las dos especies de reptiles son ingenieras del ecosistema (consumen cactus, vegetación leñosa y herbácea, y modelan el paisaje). A través de esta actividad se evalúa los cambios que la alimentación y actividades de las tortugas e iguanas producen en la vegetación de Santa Fé y se determina con precisión el rol ecológico de cada una.

El tercer grupo evaluó los cactus Opuntia, cada año se monitorea su crecimiento y supervivencia para entender la dinámica de la población de esta especie. En 1979 la DPNG logró erradicar las cabras ferales en Santa Fé, especie invasora que estuvo presente por décadas y causó afectaciones graves al ecosistema, esto sumado a la ausencia de las tortugas en la isla resultó en cambios no deseados, como la ausencia de cactus juveniles.

“El regreso de las tortugas a Santa Fé ha devuelto la esperanza al cactus Opuntia. Uno de los principales efectos positivos de la presencia de las tortugas en la isla es la dispersión de semillas de cactus, desde que las tortugas están aquí hemos encontrado una gran cantidad de cactus juveniles en diferentes partes de la isla, asociados precisamente a los lugares donde están las tortugas”, señaló el Director de Conservación de Galápagos Conservancy, Jorge Carrión.

Por último, el presidente de la Junta Directiva de Galápagos Conservancy, Dr. Dan Sherman, entrenó a un equipo de guardaparques y científicos en la toma y uso de fotografías panorámicas de súper alta resolución como herramienta de monitoreo ecológico a largo plazo. Se dispone de fotografías de las zonas de vegetación de Santa Fe de hace varios años atrás y con fotografías actuales se podrá hacer una comparación para evaluar los cambios ocurridos en el tiempo.                                

“Estamos orgullosos de trabajar de la mano con el Parque Nacional Galápagos, una institución que ha mostrado compromiso y decisión en el manejo responsable de los ecosistemas del archipiélago, reiteramos nuestro deseo y compromiso de seguir colaborando y siendo parte de este reto importante de conservar las maravillosas islas Galápagos”, aseguró Sherman.